LA ABADÍA
La portada del último Tarirán y el oportuno comentario de la editorial sobre la abadía más que, una de las chicas de Villanueva que venia en primavera a ensayar los tambores me preguntó: Esta casa es un antiguo palacio? – mnnnnn? Me hizo pensar… le conteste que nosotros la conocíamos como la antigua abadía , pero…quizás fue palacio . Tiene toda la pinta de haber sido un antiguo palacete renacentista aragonés… No me da tiempo de averiguarlo ahora, puesto que el tiempo para entregar este escrito apremia . Pero pienso que ha sido y es la casa del pueblo por excelencia. Porque desde lo que los mayores nos han contado, sabemos que vivió allí Mosén Rafael , el cura la Galinda (Dña. Marcelina), el “cureta”. Y gracias a él: Allí se escucho la primera “ radio de galena” , que se oía por medio de auriculares ,( como los mp3 de ahora… ) Allí se vio el primer cine, con una sábana blanca y todos sentados en las escaleras, dio clases de música para formar una orquesta. Allí, también, enseñó a tallar madera a jóvenes carpinteros. Por él , voces privilegiadas, que como siempre hay, había entonces en Sena, se hubieran educado para ser cantantes profesionales. Hizo gestiones para que el dance fuera a Londres, sacaba a cualquiera de un apuro arreglando una pendiente, un reloj o cualquier cosa. Desde allí proyectaba las expediciones a la masada Simoner a los graneros, a las valletas, etc, con hallazgos que tanto enriquecieron los museos de Zaragoza, Huesca y Lérida.
Posteriormente, en la abadía, hemos vuelto a ver y participar en reuniones, cine, ya más moderno que el de la sábana blanca…,, Y donde se vio la primera televisión del pueblo. Hicimos teatro, música, bailes, Ha sido ayuntamiento, mientras estaba en obras. Es sede de la asociaición cultural, del dance, del club de futbol, de la sociedad de caza, de la asociación de amas de casa, sociedad de regante. Se hace música y canto de rondalla y de coral, entre otras muchas actividades.
Me vino todo esto a la memoria mientras estaba en la calle esperando ensayar los tambores y escuchaba que Eduardo Plana estaba arriba dando cursillos de tambor y abajo su hermano Carlos Plana dando clases de dulzaina.. Era como volver a tiempos que abundante juventud lo llenaba todo. Volvía a ser la casa viva de siempre. Y es la CASA DE LA CULTURA DE SENA.¿Alguien puede dudarlo? El pueblo nos merecemos esa casa. Tanto por su pasado como por el presente y el futuro .
Ah! Y Rafael Gudel se merece el nombre de una calle en Sena. ¡Ya!